Conoce a Esther

Comencé a practicar Yoga en 1997 debido a dolores de espalda producidos por estrés. Diez años después, y debido a la mejoría en mi calidad de vida, tomé la decisión de seguir con mi formación.

Ser profesora de yoga me ha cambiado la vida, me ha enseñado a darme cuenta de cómo era realmente. A veces nos alejamos de nuestra verdadera naturaleza y el estar tan lejos de nosotros mismos nos trae insatisfacción y sufrimiento. Cuando te conoces a tí mismo, entonces puedes cambiar y evolucionar como ser humano. Eso se transmite, lo puedes enseñar a tus alumnos y aquí está el verdadero beneficio. Además de trabajar a nivel físico se trabaja a nivel mental y espiritual.

Mis clases nunca son iguales, tienen una mezcla de varios estilos de yoga: Hatha, Vinyasa, Yin etc., sin olvidarnos de la meditación y relajación.

Intento dar la bienvenida a todo porque todo me enseña, y por ello estoy orgullosa de mi primer trabajo en la Escuela Naradeva (donde me formé), así como en el Colegio de las Irlandesas de Madrid. Pero sobre todo, muy orgullosa de enseñar en el centro de salud Zagros Sports, donde tuve la oportunidad de crecer como persona y profesora de yoga durante los 10 años que estuve allí.

Soy una entusiasta del Yoga y después de 25 años practicando, invito a la gente a que se anime a probar esta milenaria práctica de autocuidado personal, que te dará esa visión clara de lo que realmente necesitas en tu vida.

Esther Daya

 

¿Algún otro hobbie que tengas?

“Me encanta la música, bailar, tocar la guitarra y, sobre todo, me gusta ir a la montaña a caminar”

¿Una frase que te inspire?

“Todo parece imposible hasta que se hace, de Nelson Mandela”